miércoles, 4 de marzo de 2015

María y Magdalena, presas entre su identidad y alteridad van en busca de su doble.

Lluvia de Sombras - de Bea Cármina.


Magdalena, la de “Lluvia de Sombras” ha sido predestinada  a ser una nulidad. Es decir, a no ser. ¿Qué se necesita para que este personaje trascienda su vacuidad cómoda, contemplativa y se vuelva voluntad de acción? ¿Qué se necesita para que esta  acomodaticia se sumerja en esos ríos subterráneos negados por ella, pero que sin embargo se encuentran en su interior, bullendo  bajo capas y capas de simulaciones y mentiras? 

Ese yo salvaje al que Magdalena, negación de sí misma, suprime sus deseos, castra su sexualidad, lo obliga a huir de  la mirada del otro, y se cobija para pasar desapercibida en un agujero asexuado por donde poder mirar a los demás con atisbos repletos  de prejuicios ¿qué se necesita para que un no ser como Magdalena pase a “Ser”,  en una acción “imposible” que la llevaría al otro extremo,  a mutarse y reconstituirse en su otro yo?

María y Magdalena, presas entre su identidad y alteridad van en busca de su doble. Dos caras de una misma moneda, tan lejanas una de la otra tan repudiada María por Magdalena, tan repudiada Magdalena por María, tan distantes  y sin embargo tan cercanas, tan contrarias y sin embargo  cómplices ejecutoras que se remontan al principio de los tiempos para llegar a ser en esa acción "infamante" podrían calificar algunos,  “liberadora”, dirían otros, en la cual se funden y se reconocen como una sola.



"Lluvia de Sombras" de Bea Cármina.
Puesta en escena y diseño lumínico       Arturo Romero.
Héctor                      Jefté
María                       Karla Servín
Magdalena               Bea Cármina
Música                     Roberto Gutiérrez
Sonidista                  Tato Ramírez
Asistente técnica      Fer

Foro Shakespeare, Sala Urgente 1
Todos los sábados 19:15
Compre su boleto con anticipación.




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