viernes, 2 de enero de 2015

El Espíritu Humano Se teme a sí mismo- Bea Cármina-





Por el filo del abismo caminan Jefté y María. La única sensata es Magdalena que vive cómodamente en su mundo de reglas y bajo la protección de Dios. De los horrores que padecen los otros prefiere ignorarlos o rezarles un rosario para que estas turbaciones ni la inmuten ni la desvelen. Como una Santa se aparta con horror del voluptuoso: ignora la unidad de pasiones inconfesables  de éste, pero trata de cerrar los ojos antes de admitir que en ella palpitan las mismas pasiones. Está segura que en ella no hay pulsiones de violencia.
Cuando Magdalena llega por invitación expresa a esa casa, ignora que esta visita transformará su vida sumergiéndola en ese erotismo que tiene como fin alcanzar al otro hasta fundirse con él en una disolución de seres; un morir en la entrega. En la imposibilidad de volver a ser ella misma, pues se ha integrado a un universo en donde reina la muerte ligada a la excitación sexual, se vuelca en un ritual rojo de oblaciones que no tendrá vuelta atrás.




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